domingo, 1 de febrero de 2015

LOS EMBALSES

Hace ya algún tiempo dediqué un post específico a los ríos y otro a sus habitantes más abundantes y peculiares, la Ictiofauna.

En este post os hablaré de los Embalses, ecosistemas fluviales relativamente recientes “a caballo” entre un lago y un río, y que no tiene una fauna adaptada o propia.

Embalse de Torrejón El Rubio (P.N. Monfragüe)

Como ya he dicho, un embalse es un ecosistema intermedio entre un lago y un río que es el resultado de una obstrucción en el lecho de un río o arroyo que cierra parcial o totalmente su cauce provocando una acumulación de agua. La obstrucción del cauce puede ocurrir por causas naturales como, por ejemplo, el derrumbe de una ladera en un tramo estrecho del río o arroyo, la acumulación de placas de hielo o las construcciones hechas por los castores, y por obras construidas por el hombre para tal fin, como son las presas.

Muro del Embalse de Cornalvo

Impacto Ambiental y Faunístico de los Embalses.
El agua estancada permite que se acumulen gran cantidad de sedimentos y dependiendo de la forma de aliviar el agua a través del vaso de la presas, el impacto sobre la fauna y flora río abajo puede ser diferente. El agua que sale por el rebosadero de una presa, es superficial y muy rica en oxígeno y nutrientes, por el contrario, el agua de fondo que sueltan algunos embalses por sus aliviaderos inferiores contienen muchos sedimentos, gases nocivos y está tan fría que provoca un “shock térmico” un gran impacto en la flora y fauna en la continuación de lo que una vez fue un río.

Provocan alteraciones en el curso del río desde el mismo momento de su construcción, se alteraran sus márgenes, bordes de inundación y se produce el represado de los cauces y afluentes del río. Aguas abajo, los embalses terminan con las migraciones marinas de algunas especies como las lampreas, las anguilas o los salmones. Se produce la sustitución de un sistema lótico por uno léntico y la mayoría de las especies autóctonas desaparecen porque desaparece su alimento, los invertebrados.

Repercute sobre la reproducción, ya que el embalse se limpia de vegetación y se destruyen zonas de puestas de muchas especies. Por el contrario, es el paraíso para especies alóctonas e invasoras como Lucios, Percasoles, Black-Bass, Siluros, todas ellas predadoras y con un alto poder destructivo para los desoves de especies autóctonas. La pesca se deteriora, debido a los cambios en el caudal o temperatura del río, la degradación de la calidad del agua, la pérdida de los sitios de desove y las barreras que impiden la migración de los peces y especies reófilas (de corriente). 

También este represamiento del agua, influye sobre las poblaciones de macroinvertebrados, donde hay una bajada en la biodiversidad y aparecen fenómenos de estratificación en lo que se refiere a la ictiofauna:
  • Tipo Endógeno: relacionado con los procesos reproductivos.
  • Tipo Exógeno: relacionado con los parámetros físico-quimicos del agua, entre ellos la temperatura y la concentración de oxígeno ( > temperatura, <  oxígeno).
En Primavera y Verano, los peces se sitúan en la superficie debido a la baja concentración de oxígeno por las altas temperaturas. En Otoño e Invierno se marchan hacia agua más profundas ya que la temperatura es más baja y hay más oxígeno en todo el embalse.

Básicamente, no hay mamíferos que ocupen los embalses de una forma natural (salvo los Castores que fabrican sus propias presas), pero si los utilizan.

Las aves sí sacan bastante “tajada” de estos sistemas fluviales artificiales creados por los Humanos. Les ofrecen todo tipo de refugio y sobre todo ocupan las zonas menos profundas y más someras que tienen vegetales en el fondo que permite alimentarse, principalmente, a las anátidas. Otras aves habituales en los embalses son los Cormoranes, las Gaviotas, Patos, Cigüeñas, Garzas y muchas especies de limícolas…

Cigüeñuelas en el Embalse de Cornalvo

Cigüeñas en el Embalse del Salor

Nos quedaría hablar de anfibios y reptiles, para ellos, los embalses no suponen ningún beneficio extra y suelen mantener sus poblaciones estables.

Extremadura está atravesada por dos grandes ríos peninsulares, el Tajo y el Guadiana, ríos de carácter mediterraneo. La fauna piscícola ha evolucionado en este ecosistema  y están adaptados a periodos de sequía y escorrentía por lo que les resulta difícil adaptase a los embalses. Hay unas 31 especies de peces.

©Emilio J. Orovengua